viernes, 22 de agosto de 2014

DIARREA CRONICA (Miranda Gissela)

DIARREA CRÓNICA 

    . Introducción


Diarrea crónica es, por definición operacional, todo cuadro diarreico de duración superior a un mes. Como causa de consulta, este problema representa uno de los más frecuentes referidos al gastroenterólogo infantil y también es de presentación habitual en Pediatría general. En la práctica ambulatoria, el niño con este problema suele ser derivado al especialista con tardanza.

2.        Epidemiologia

Los aspectos epidemiológicos son muy útiles para hacer el diagnóstico diferencial de la diarrea crónica. Por ejemplo, en una mujer de 30 años de edad que ha tenido diarrea durante diez años, sin diarrea nocturna ni signos de alarma y presenta otros síntomas de intestino irritable, el diagnóstico está claro; en cambio, no se va a plantear un síndrome de intestino irritable en un paciente que comienza con diarrea a los 70 años.

3.        Etiología 

         


     
Existen múltiples causas de diarrea crónica en pediatría que obedecen a muy diversos orígenes y mecanismos fisiopatológicos. Hay variadas aproximaciones o clasificaciones basadas en diversos parámetros; sin embargo desde el punto de vista clínico, las más útiles se basan en la edad del niño y en la presencia de mala absorción, manifestada como compromiso nutricional. La Tabla 3.1 resume las causas más importantes de diarrea crónica de acuerdo a la edad del paciente al momento de la presentación de la enfermedad. La tabla 3.2 describe algunas causas comunes de diarrea crónica de acuerdo a la presencia o no de mala absorción. Más adelante se describen aquellas entidades más frecuentes.


4.       Fisiopatología

En el intestino delgado se produce la absorción del agua y electrolitos por las vellosidades del epitelio y simultáneamente, la secreción de éstos por las criptas. Así, se genera un flujo bidireccional de agua y electrolitos entre el lumen intestinal y la circulación sanguínea. Normalmente la absorción es mayor que la secreción, por lo que el resultado neto es absorción, que alcanza a más del 90% de los fluidos que llegan al intestino delgado. Alrededor de 1 litro de fluido entra al intestino grueso, donde, por mecanismo de absorción, sólo se elimina entre 5 y 10 ml/kg/24 horas de agua por heces en lactantes sanos. Por lo tanto, si se produce cualquier cambio en el flujo bidireccional, es decir, si disminuye la absorción o aumenta la secreción, el volumen que llega al intestino grueso puede superar la capacidad de absorción de éste, con lo que se produce diarrea. El agua se absorbe por gradientes osmóticas que se crean cuando los solutos (especialmente Na+) son absorbidos en forma activa desde el lumen por la célula epitelial de la vellosidad. Los mecanismos de absorción de Na+ son: a) absorción junto con Cl-, b) absorción directa, c) intercambio con protón, d) unido a la absorción de sustancias orgánicas, (glucosa, galactosa, aminoácidos). Después de su absorción, el Na+ es transportado activamente fuera de la célula epitelial (extrusión), por la bomba Na+ K+ ATPasa, que lo transfiere al líquido extracelular, aumentando la osmolaridad de éste y generando un flujo pasivo de agua y electrolitos desde el lumen intestinal a través de canales intercelulares. La secreción intestinal de agua y electrolitos ocurre en las criptas del epitelio, donde el NaCl es transportado desde el líquido extracelular al interior de la célula epitelial a través de la membrana basolateral. Luego el Na+ es devuelto al líquido extracelular, por la Na+ K+ ATPasa. Al mismo tiempo se produce secreción de Cl- desde la superficie luminal de la célula de la cripta al lumen intestinal. Esto crea una gradiente osmótica, que genera flujo pasivo de agua y electrólitos desde el líquido extracelular al lumen intestinal a través de canales intercelulares.

5.        Factores de riesgo



Es más probable que los niños y adultos desarrollen esta enfermedad si están expuestos a los siguientes factores:
·         Falta de lactancia materna durante los primeros seis meses de edad
·         El uso de biberón y chupón, ya que estos objetos tienen contacto directo con la cavidad oral del menor y son difíciles de limpiar. 
·         Almacenar alimentos cocinados a temperatura ambiente, ya que estos no se encuentran  protegidos y la temperatura favorece el crecimiento bacteriano.
·         Consumir agua sin hervir.
·         No lavarse las manos de manera adecuada luego de ir al baño.
·         Cocinar y manipular alimentos sin lavar las manos y consumir alimentos y frutas sin lavar.
·         Desecho inadecuado de las heces incluyendo en pañales y excremento de animales.
·         Falla en el lavado de manos y loza luego de la manipulación de carnes crudas.

6.       Diagnostico


Las posibilidades de diagnóstico son muchas y variadas, por ello es importante realizar un ejercicio clínico para la clasificación de la enfermedad con el fin de ayudar a seleccionar los estudios más útiles. Lo primero que debe intentarse es identificar si la diarrea es funcional u orgánica.1 Algunos datos que nos orientan para establecer el diagnóstico entre diarrea orgánica y funcional son: historia familiar de enfermedad inflamatoria intestinal o enfermedad celíaca, hospitalizaciones y viajes recientes, trastornos alimentarios, prácticas sexuales, antecedentes de diabetes mellitus, distiroidismo, ateroesclerosis, enfermedades de tejido conectivo, edad, consumo de cafeína, uso de productos que contienen sorbitol y otros edulcorantes; alcoholismo, uso reciente de medicamentos (quimioterapia, laxantes, antibióticos, antidepresivos, inhibidores de la producción de ácido), duración de la enfermedad, inicio (súbito o gradual), pérdida de peso (> 10% del peso habitual), síntomas ano-rectales, sangrado (melena o hematoquezia), fiebre, esteatorrea, dolor abdominal, datos carenciales, diarrea nocturna, radioterapia y alteraciones psicológicas (ganancia secundaria).
Nivel de evidencia IV, grado de recomendación D.
Las características de las evacuaciones pueden orientar al sitio afectado: las heces de las enfermedades de colon izquierdo suelen ser escasas, acompañadas de pujo, urgencia, tenesmo y dolor abdominal. Cuando hay inflamación de la mucosa se presentan con sangre y moco.
Las heces en la diarrea originada en el intestino delgado son más abundantes y se asocian a borborigmos, flatulencia, distensión y dolor abdominal. En casos de absorción intestinal deficiente suele haber lientería, esteatorrea y presentarse en el postprandio.
Nivel de evidencia IV, grado de recomendación D.

Otro dato útil es la asociación con el ayuno. Las diarreas secretoras no ceden, mientras que las osmóticas desaparecen cuando el enfermo se mantiene en ayuno. En algunos casos puede ser útil hacer una prueba de ayuno de 48 horas con el paciente hospitalizado.
En los sujetos sin datos de alarma (diarrea funcional) se deben aplicar los criterios de Roma III cuya máxima especificidad es de 74%.
Nivel de evidencia II, grado de recomendación C.


7.        Tratamiento

El tratamiento depende del diagnóstico y de la severidad de la diarrea. Si es leve basta con administrar abundantes líquidos en el propio domicilio del paciente. Si la diarrea es severa y se acompaña de deshidratación es necesario tratar al paciente en el hospital para administrar líquidos por vía venosa. Las diarreas de causa no infecciosa habitualmente requieren tratamientos específicos según el tipo de enfermedad. Como norma general no es aconsejable utilizar sin indicación del médico fármacos antidiarréicos ya que pueden complicar la evolución de la diarrea.

8.       Fuente bibliográfica

·         Barnes L.A., Ed.: Manual de Nutrición en Pediatría. Tercera Edición. Comité de Nutrición de la Academia Americana de Pediatría. Editorial Médica Panamericana. Buenos Aires. 1994.
·         Davidson M, Wasserman R: The irritable colon of childhood (chronic nonspecific diarrhea syndrome). J Pediatr 1966; 69: 1027-38
·         Goodchild M.C. y Dodge J.A.: Cystic Fibrosis. Manual of diagnosis and management. Segunda Edición. London: Baillière Tindall. 1985.
·         Greene HL, Ghishan FK: Excessive fluid intake as a cause of chronic diarrhea in young children. J Pediatr 1982; 102: 836-40
·         Guiraldes E. Enfoque diagnóstico del paciente pediátrico con diarrea crónica. Boletín del Hospital San Juan de Dios; 1992:39:10-15.


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